lunes, 5 de agosto de 2013

1:18 - 1:26

 Me encantan esos momentos en los que algo tan significante como un amigo, puede cambiarte el día  para bien, animándote, haciendo reir y desestresandote. Cuando tienes un mal día, ya sea en el trabajo, en los centros de estudios o en el mismo hogar, esa pequeña reunión de hermandad que consigue cambiar el estado anímico a pesar de: (cito textualment) UN DIA DE MIERDA! Esas pequeñas personitas que están ahí sin más, compartiendo buenos y malos momentos de la vida. No se han de perder a esos "pequeños" grandes pedaços de corazón.

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