domingo, 15 de junio de 2014

1:31 - 2:31

Hubo una época en la que no creía en la vida, ni en los sentimientos, ni en el amor. Hubo un tiempo en el que decidí convertir todo eso en hielo... No había persona, temperatura o fuerza física que fuera capaz de descongelar dichas "cosas", pero, sin comerlo ni beberlo un día, de la nada, apareció un ángel, un ángel capaz de derretir ese hielo y convertirlo en fuego. Nunca antes había visto uno de tal calibre, y menos de tan cerca. No podía creer que un ángel como ese viniera a mi vera para traerme luz a una vida de oscuridad y pena. Un ángel que con su presencia luminosa paralizaría al mismísimo diablo, su pelo rubio, adopta la apariencia de los rayos de sol al ondear en el viento, con unos ojos azules, de un azul claro tan vivo que podías ver en él, un cielo despejado. Dotados, también, de una capacidad increïble para sacarme una sonrisa.  Unos labios que te dicen bésame y una boca que dice: NI SE TE OCURRA!, con una sonrisa capaz de alentar al más negativo y depresivo de todos los Hombres en la faz de la tierra. Unas curvas en las que corrías el peligro de acabar perdido en elles si las mirabas mas de una vez. En definitiva, una de las mejores creaciones que Diós ha hecho, y que no ha repetido, para darle así una belleza única e inconfundible entre todos los demás ángeles. Me sentí vivo de nuevo cuando,  ese ángel se acercó a mí para dedicarme su mejor sonrisa y traer luz a mi vida sin saberlo. Pero, como todo ángel, tarde o temprano tendrá que volver a su cielo, tendré que aprobechar tanta luz como pueda darme, para poder brillar fuerte en su ausencia allà donde esté...

sábado, 7 de junio de 2014

7:05 - 7:06

Te escribo para decirte, que apartir de hoy juro cambiar. Y hoy prometo luchar contra los impulsos que me envenenan el cuerpo, la mente y el alma. Y lo hago, querido diario, por mi. Con la esperanza de que algun día me vea, no como era, si no como soy...